El transporte público, los taxistas e incluso los pick ups, que en muchos sectores de El Salvador prestan servicio de ¨viajes¨, han sido una de las soluciones para aquellos que no tienen la capacidad adquisitiva de adquirir un vehículo para movilizarse a sus diferentes destinos. Es por ello que se han ido creando nuevas iniciativas para mejorar el tránsito vehicular e incluso disminuir la carga vehicular en las calles.
Una opción que era fiable por el respaldo empresarial que tenían eran los taxis, quienes manejaban el mercado para viajes seguros sin importar la distancia. El problema que comenzó a tener este mercado fue el alza en el precio de combustibles, que impactó de forma dramática los precios por el uso de este servicio. Por ello, se vieron obligación de incrementar sus precios para generar utilidades, pero también tuvieron que competir con aquellos conductores libres que ponían sus precios más accesibles creando un caos en el tránsito vehicular de las distintas ciudades del país.
Una vez estabilizada la relación de precio del combustible, los taxistas no disminuyeron sus tarifas, es por ello que la incursión de Uber tuvo tal impacto.
Los beneficios que Uber dio a sus clientes era un viaje a menor costo, tarifas accesibles desde $1.50 y seguridad laboral para aquellos operadores que querían formar parte de la flota. Uber cuenta con alrededor de 3,300 conductores hasta junio del 2018 en el país. Los mayores atractivos con las que ingresó era la posibilidad de utilizar una app para solicitar el servicio, conocer al conductor y dar un seguimiento real en mapa del vehículo. Esto daba una garantía de seguridad para el cliente. Sin embargo, ¿por qué la empresa se ha visto involucrada en escándalos de seguridad?
Las garantías de seguridad para operarios y usuarios de Uber.
Para noviembre de 2018 ya existían escándalos de violaciones y asesinatos en los que se han visto involucrados los conductores tanto en El Salvador como en otros países en el mundo. Muchas mujeres han reportado invitaciones a salir, ser increpadas en el vehículo, insinuaciones sexuales e incluso ser forzadas a llevar actos sexuales de distinta índole. Aunque la empresa siempre dio seguimiento a los casos mantener la confianza de los usuarios para que sigan consumiendo el servicio, pero ¿Quién vela por la seguridad de los conductores?
Para el mes de noviembre del presente año se han reportado asesinatos, desapariciones y secuestros de los conductores de Uber. En algunos casos solo roban sus unidades, que si bien es cierto es una pérdida material no deja de privarlo de percibir un ingreso fundamental para su sustento o de sus familias. El riesgo con el que viven es que no se niegan a prestar el servicio solicitado en lugares peligrosos o como se les denomina popularmente ¨zona caliente¨.
La empresa, junto con las autoridades, deberían hacer algo para garantizar la seguridad de estos trabajadores que se exponen para poder salir adelante. La tecnología está presente solo se debe hacer un esfuerzo para canalizar una ayuda en común que pueda dar tranquilidad a operarios como consumidores.
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